Mamá cantaba
mientras preparaba la papilla.
Duke abrió
la puerta, asomó su enorme hocico negro y al ver que mamá no podía verlo, entró
sin hacer ruido.
Valentino
lo vio desde el corralito y saltó de contento.
Duke se
acercó y Valentino le mostró su único diente, un diente brillante y filoso.
Duke asomó
la cabezota sobre la baranda del corral y Valentino, aferrándose a sus orejas, se
puso de pie y trepó por el enrejado hasta sentarse sobre su lomo ancho y fuerte.
La rana
de lana croó y de un brinco, también lo montó.
El sonajero
Chillón al cuello gordo se colgó
y un mordillo
bravucón, a la cola larga, fuerte se
aferró.
Juntos,
locos de contento, al patio todos salieron.
El
patio es montaña y también es pradera
con duros
pastitos y una enredadera
tres
árboles grandes y mil pequeñitos
la azul
carretera y cientos de autitos.
Duke es un
toro, también un dragón
Ana Veleta
es bocina y también cinturón
Ya al
mediodía
comiendo
sandía
otra vez al
corral
ahora a
soñar.
Mamá
preocupada
lo mira
asombrada.
Valentino
Simón
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